Nuestra postura corporal puede tener un impacto significativo en nuestra forma de pensar, sentir e interactuar con los demás. De la misma forma que al estar bajo estrés nuestros músculos se tensan y podemos encorvarnos debido a la tensión o al dolor, de manera inversa podemos también disminuir nuestro nivel de estrés y aumentar nuestro bienestar y probabilidades de éxito si ponemos atención a nuestro lenguaje y postura corporal.

 

La psicóloga e investigadora de Harvard, Amy Cuddy con un par de colegas decidieron probar si el comportamiento no verbal de una persona antes de una evaluación podía mejorar el desempeño en la tarea evaluada, específicamente una entrevista de trabajo.

 

En este tipo de situaciones, muchas personas se encogen en sus sillas y presionan sobre sus teléfonos, adoptando posturas no verbales que pueden hacer que se sientan aún más impotentes (Carney, Cuddy y Yap, 2010) Pero que pasaría, se preguntó Cuddy si por el contrario las personas se estirarán y ocuparan más espacio?

 

Tanto para humanos como para primates no humanos, las posturas abiertas reflejan alto poder, mientras que las posturas contraídas o cerradas reflejan bajo poder. Pero no solo lo “reflejan” sino que en realidad lo “producen”: de acuerdo a diversas investigaciones adoptar poses de “alto poder” aumenta los sentimientos implícitos y explícitos de poder y dominación, la toma de riesgos, la orientación a la acción, la tolerancia al dolor y los niveles de testosterona, al mismo tiempo que reduce el estrés, la ansiedad y el cortisol.

 

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La adquisición de poder hace que los individuos se sientan más positivos, en control, y optimistas sobre el futuro, así como orientados a sus objetivos y con mayores probabilidades de tomar acción, permitiéndoles liberarse de las restricciones psicológicas para alcanzar su potencial.

 

Adoptar una pose de poder es una forma sutil de sentirse más poderoso

 

El objetivo de su investigación era probar si la postura corporal antes de una situación de evaluación -entrevista de trabajo – podía mejorar el desempeño de la persona en la misma, tratando de encontrar el mecanismo subyacente mediante dos posibles mediadores: la calidad del ‘speech’ como de la presentación.

 

Por Calidad del Speech entendieron el grado en que el mismo era inteligente, claro y bien estructurado e influía en las evaluaciones de los entrevistadores. Por Calidad de la Presentación entendieron el grado en que la presentación del speech era entusiasta, generaba confianza y era cautivadora para los entrevistadores. Partiendo de que la postura o pose podía mejorar ambas, reduciendo el estrés, la ansiedad y otras emociones negativas en una situación de evaluación y hacer presumiblemente la presentación de una persona más entusiasta, cautivadora y convincente.

 

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De acuerdo a ésta y otras investigaciones el Perfil Hormonal de los líderes efectivos – altos niveles de testosterona y bajos niveles de cortisol – , está asociado a una disminución de los niveles de estrés, aumento en la sensación o sentido de control, así como un aumento en el compromiso y ejecución de tareas competitivas y en él, la postura podría jugar un importante rol.

 

Para este experimento, se reclutó a estudiantes de la Universidad de Columbia a los cuales se  adoptaron diversas posturas: expansivas, abiertas – poses de alto poder -, contraídas o cerradas – poses de bajo poder – y luego prepararon y pronunciaron un discurso a dos evaluadores como parte de una entrevista de trabajo simulada. Mientras posaban, se les pidió que observaran una presentación de fotos en la computadora y se les preguntó su opinión acerca de la gente que aparecía en las fotografías.

 

Posteriormente se les pidió que se imaginaran en una entrevista para su trabajo ideal y prepararan un speech de cinco minutos detallando sus fortalezas, aptitudes y la razón por la cual debían ser elegidos. Para reforzar su “poder”, se les pidió mantuvieran la pose durante cinco minutos. Tanto la preparación como la ejecución fueron videograbados. Al terminar, se pidió a los participantes que contestaran un cuestionario de tres ítems en el que se les preguntaba qué tan dominantes, en control y poderosos se sentían en una escala de 1 a 5.

 

Después del análisis estadístico, Cuddy y sus colegas demostraron que la postura o pose durante la preparación de la entrevista afectó la calidad de su presentación e influyó en las evaluaciones de los ‘jueces’ y la decisión de ‘contratación’. Quienes adoptaron las poses de alto poder versus quienes adoptaron las de bajo poder, parecieron mantener mejor la compostura, proyectaron más confianza y su presentación fue más cautivadora y entusiasta lo que los condujo a evaluaciones de desempeño más altas.

 

Este experimento demuestra que la conducta no verbal antes de una interacción también puede influir en cómo un perceptor evalúa y responde al actor, incluso cuando el perceptor no ha observado la presentación real no verbal. Investigaciones previas sugieren también que sonreír, hacer ademanes, asentir e inclinarse hacia delante durante una entrevista aumentan la probabilidad de que una persona sea seleccionada.

 

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Fuente:

Cuddy, Amy J.C., Caroline A. Wilmuth, and Dana R. Carney. “The Benefit of Power Posing Before a High-Stakes Social Evaluation.” Harvard Business School Working Paper, No. 13-027, September 2012.

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