El SAD o Desorden Afectivo Estacional (Seasonal Affective Disorder) es un tipo de depresión que ocurre normalmente durante la estación de invierno, la cual parece ser causada por la reducción de horas de luz durante esta época del año. Ocurre principalmente en países o regiones donde el invierno trae consigo días más cortos y noches más largas como el Norte de Europa, Estados Unidos, Canadá, la Unión Soviética y Japón, países en los que entre el 5 y 10% de la población puede sufrir de síntomas severos y es menos común en áreas cercanas al Ecuador como Florida, Sudáfrica o Uruguay.

 

Los síntomas comunes del SAD son los siguientes:

  • Cambios en el apetito, principalmente antojo de cosas dulces o harinas
  • Aumento de peso
  • Descenso del nivel de energía
  • Fatiga
  • Dormir más de la cuenta
  • Dificultad para concentrarse
  • Irritabilidad y ansiedad
  • Aumenta la sensibilidad al rechazo social

 

Algunas teorías señalan la posibilidad de que los neurotransmisores, encargados de transmitir la información a nivel cerebral, en las personas que padecen este trastorno se encuentren afectados.

 

Por supuesto, no hay que descartar la existencia de factores psicosociales asociados a estas y otras formas de depresión, particulares en esta época: el significado de las fiestas, y con ellas una serie de actividades (reuniones con la familia y amigos, compras, etc.) que para algunas personas pueden ser poco  gratificantes o carentes de interés. Es una época también, en la que se hace un recuento del año y aumenta el consumo de alcohol, señala la Dra. Mendieta del Instituto Nacional de Psiquiatría.

 

¿Cómo afecta el SAD la productividad?

A pesar de no existir estudios concluyentes, parece existir una disminución de la productividad asociada a la depresión invernal, la cual afecta la capacidad para trabajar y funcionar en general. Quienes lo padecen, muestran una marcada pérdida de interés o placer por las cosas que anteriormente lo tenían (por ejemplo salir a hacer ejercicio), y cambios en el nivel de energía, patrones de sueño y peso corporal.

 

En su modalidad menos severa, el llamado Winter Blues, este tipo de depresión, puede llevar a las personas a sentirse menos creativas, ligeramente menos productivas o entusiastas respecto a los eventos sociales, con una ligera disminución de su nivel de energía o discreto aumento de peso, pero su trabajo y su funcionamiento en general permanecen estables.

 

¿Cómo puedes prevenir o minimizar sus efectos?

  1. Maximizando tu exposición a luz natural (solar), siempre con protector solar, pues en esta época, la radiación suele ser más intensa a medio día.
  2. Manteniendo las cortinas de tu oficina, espacio de trabajo o casa abiertas.
  3. Si las condiciones de clima lo permiten, utiliza tus pausas en el trabajo para salir a caminar al aire libre.
  4. Adopta o mantén hábitos de alimentación saludables, con énfasis en el consumo de fuentes naturales de vitamina c y a (principalmente en cítricos como la naranja, toronja, mandarina y otros frutos como la guayaba y el kiwi, fresas, zarzamoras, arándanos, papaya, melón y piña, y verduras como espinacas, brócoli, coliflor, pepino, tomates, lechuga, etc. ) lo cual fortalecerá tus vías respiratorias.
  5. Continua con tu actividad física regular, ya sea en espacios abiertos o si prefieres cerrados
  6. Procura dormir de manera regular (no menos de 7 horas ni más de 10). Dormir excesivamente afecta también los patrones regulares de sueño y contribuye a la depresión.
  7. Aprovecha los brindis y fiestas familiares para reunirte con tus seres queridos. Limita tu consumo de alcohol y evita las confrontaciones y discusiones.
  8. La Neuroterapia puede ser de gran utilidad  para combatir la depresión

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